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Historia Imperial del Santo Oficio (Siglos XV-Xix) Fernando Ciaramitaro, Miguel Rodrigues Lourenço Bonilla Artigas Editores |
Comerciantes, Militares y Sacerdotes Vascos en el Mundo Hispánico del Siglo XVII Torales Pacheco, María Cristina Bonilla Artigas Editores |
El Crisol y la Flama: Grupos Sociales y Cofradías en Pátzcuaro (Siglos XVI y XVI Flores García, Laura Gemma Bonilla Artigas Editores |
La Caída del Imperio Otomano y la Creación de Medio Oriente Carlos Martínez Assad Bonilla Artigas Editores |
Exilio Español y Su Vida Cotidiana en México, El. Serrano Migallón, Fernando; Woldenberg José Bonilla Artigas Editores |
La Corte de Isabel II y la Revoluciónde 1854 en Madrid Madame Calderón de la Barca; Raúl Figueroa Esquer Bonilla Artigas Editores |
Título: Espacio y Tiempo de Fiesta en Nueva España (1665-1760). | ||
Autor: Farré Vidal, Judith | Precio: $299.00 | |
Editorial: Bonilla Artigas Editores | Año: 2013 | |
Tema: Historia, Nueva España, Teatro | Edición: 1ª | |
Sinopsis | ISBN: 9786077588788 | |
El libro presenta un análisis de la fiesta en Nueva España, en los años finales del Barroco, como una forma de teatralización del espacio urbano, extraordinaria y efímera por definición. El marco temporal abarca desde el reinado de Carlos II hasta 1760, año en el que Agustín de Ahumada y Villalón, marqués de las Amarillas y último de los virreyes nombrados por Felipe V, deja su cargo. Es un tiempo marcado por sor Juana Inés de la Cruz y otras figuras estelares como Carlos de Sigüenza y Góngora. Son también años cruciales en la configuración y desarrollo de una cultura literaria marcada ya plenamente por el auge de la conciencia criolla. Un periodo, además, en el que el fasto responde a la espectacularidad propia del Barroco, que lo impregna todo de una teatralidad desbordada. Desde esta convención de lo festivo, el libro se orienta hacia las relaciones entre teatro y poder en Nueva España e incorpora la edición crítica de varios textos alusivos.
ÍNDICE INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 I. La fiesta en Nueva España.Tiempo de apariencias . . . . . . . . . . . . . . . 19 II. Puesta en escena bajo una realidad embellecida. Efímero mestizo en el campo y la ciudad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 III. Desenlace festivo. Relación del boato e ilusión de un espectador omnisciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 * * * IV. Ocasiones súbitas y de cómo festejar lo extraordinario . . . . . . . . . . . . 71 Descripción de la venida y vuelta de la milagrosa imagen de Ntra. Sra. de los Remedios a esta ciudad de México el año de mil seiscientos y sesenta y ocho, atribuida a Alonso Ramírez de Vargas, Cádiz, Jerónimo Peralta, 1725 . . 93 Anexo: Alfonso de Ena, Descripción de la venida y vuelta de la milagrosa imagen de N. Señora de los Remedios, México, Juan Ruiz, 1668 . . . . . . . 121 V. Rutinas en el calendario y espacios estables para la celebración . . . . . 127 Juan Antonio Ramírez Santibáñez, Pierica narración de la plausible pompa con que entró en esta imperial y nobilísima ciudad de México el Exmo. señor conde de Paredes, marqués de la Laguna, virrey gobernador y capitán general de esta Nueva España, México, Francisco Rodríguez Lupercio, 1680 [fragmento] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 VI. Humoradas y máscaras facetas.Tiempo de burlas y veras universitarias . . 173 Joseph de Villerías, Descripción de la máscara y paseo con que la real universidad, nobleza y pueblo de esta imperial corte de México celebró la posesión de la cátedra de vísperas de teología que obtuvo el Rmo. P. M. Fr. Joseph de las Heras, México, por los herederos de la viuda de Francisco Rodríguez Lupercio, 1721 [fragmento] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 VII.Pasatiempos de intramuros. El teatro en los conventos femeninos . . . . 207 Sainete y fin de fiesta al recibimiento de los excelentísimos marqueses de las Amarillas, virreyes de este reino, en el Colegio de San Miguel de Belem, atribuido a Cayetano Cabrera y Quintero (1756) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 * * * GLOSARIO FESTIVO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 INTRODUCCIÓN Este libro se plantea estudiar cómo era la fiesta en Nueva España en los años finales del Barroco, entendida como una forma de teatralización del espacio urbano, extraordinaria y efímera por definición. Conviven en ella, bajo porosos márgenes, las necesidades lúdicas más elementales de la sociedad y el propósito de autorrepresentación simbólica del poder; así también conviven las circunstancias celebrativas de orden civil y del ámbito religioso junto a las rutinas festivas del calendario ordinario y las repentinas eventualidades conmemorativas. El marco temporal abarca el reinado de Carlos II, porque se trata de uno de los periodos menos transitados críticamente y porque, en el caso específico novohispano, es el tiempo de sor Juana Inés de la Cruz y de otras figuras estelares como Carlos de Sigüenza y Góngora. Son, además, años cruciales en la configuración y desarrollo de una cultura literaria marcada ya plenamente por el auge de la conciencia criolla. Precisamente por esa razón, el molde temporal del reinado del último de los Austrias resultaba insuficiente, y de ahí que el estudio se proponga avanzar hasta mediados del siglo XVIII. El relevo de dinastías en la monarquía hispana no significó un cambio en el ceremonial celebrativo de Nueva España y, por ello, el estudio se fija como límite 1760, el año en el que Agustín de Ahumada y Villalón, marqués de las Amarillas y último de los virreyes nombrados por Felipe V, dejaba su cargo. A partir de esa fecha, empezarían a ejercerlo los mandatarios nombrados por Carlos III y las reformas borbónicas sí supondrían un cambio fundamental en la dinámica social _y festiva_ del virreinato. En dicho periodo, el fasto responde a la espectacularidad propia del Barroco, en la que todo se impregna de una teatralidad desbordada y en la que el horizonte de expectativas se sitúa en la órbita de la suspensión, ya sea para «detener o parar por algún tiempo o hacer pausa», ya sea «para arrebatar el ánimo y detenerlo con la admiración de lo extraño o lo inopinado de algún objeto o suceso» _según las acepciones que dicta el Diccionario de Autoridades_.Y, bajo esas especiales y extraordinarias coordenadas, la fiesta se convierte en un marco hábil para el cultivo de las apariencias, donde el espacio cotidiano se transforma en una realidad embellecida, en la que adquiere plena vigencia la lectura simbólica de lo cotidiano. Desde esta convención de lo festivo, las siguientes páginas buscan orientarse hacia las relaciones entre teatro y poder en Nueva España. De ahí que una de las preguntas fundamentales en cada uno de los capítulos haya sido plantearse quiénes eran los principales artífices del fasto: bien como mecenas, bien como actores participantes o como público espectador. Al hilo de esa cuestión, surgía otro de los argumentos sobre los que ha ido discurriendo este estudio, los distintos espacios de representación. La llegada de Cortés al Nuevo Mundo llevaba consigo un esquema ceremonial y celebrativo heredado del modelo renacentista italiano, aunque, desde fechas muy tempranas, se vio influido por los especiales condicionantes que imponían el espacio americano y sus naturales. Abordar el tema bajo la fórmula de efímero mestizo _acuñada por Víctor Mínguez_ significa tener en cuenta que el proceso de culturalización de América fue bidireccional y que las sociedades indígenas desempeñaron en él un papel propio. En esta intersección festiva prevaleció el modelo europeo, aunque lo prehispánico primero y, más adelante, lo criollo enriquecieron el universo simbólico y ceremonial de la celebración. Sólo así podía cumplirse la función persuasiva de la fiesta, en la que las élites letradas _la fortaleza docta que estudia Magdalena Chocano_ desempeñaron un papel protagonista como portavoces de una sociedad emergente, que buscaba trazar su propio modelo iconográfico y la creación de la comunidad imaginada de la nueva nacionalidad. Espacio y tiempo de fiesta en Nueva España (1665-1760) discurre simultáneamente entre el medio urbano y el simbólico, una confluencia que justifica la distribución de los capítulos bajo dos apartados generales. Así, el primero trata sobre las claves simbólicas que, como ejes metafóricos en el espacio y el tiempo ordinarios, rigen los tiempos de la fiesta: el primer capítulo aborda los parámetros generales del fasto y su prevención como un tiempo extraordinario; el segundo se centra en su lapso de ejecución y en cómo las apariencias convierten el marco cotidiano en una realidad embellecida. Finalmente, este bloque inicial se cierra con el desenlace del fasto y en cómo se traduce la ilusión de culminar lo efímero por medio de su relación impresa. 10 Judith Farré Vidal Desde las líneas generales apuntadas en la primera parte del libro, el segundo bloque contiene cuatro capítulos que analizan, por un lado, sendos tiempos festivos: las ocasiones súbitas y las rutinas del calendario y, por otro, dos espacios festivos propios de las élites letradas: el abierto de las máscaras facetas de la universidad y el cerrado de los pasatiempos conventuales. En todos los casos, cada uno de estos cuatro capítulos acaba con la edición crítica de un texto alusivo. Los criterios de edición de dichos textos, en ocasiones fragmentos, modernizan la ortografía de lo que no presenta distinto valor fonológico, tanto en lo que respecta a las grafías como a la acentuación y a la puntuación. Entre corchetes se marcan las palabras reconstruidas por conjetura. Para cada obra, se incorpora una nota inicial, donde se menciona el origen del texto en el que se ha basado la transcripción. El primer capítulo, La fiesta en Nueva España.Tiempo de apariencias, presenta, a modo de introducción, las claves genéricas sobre las que puede trazarse el panorama festivo novohispano. Desde las convenciones generales, considero los rasgos propios del efímero mestizo y cómo quizá sea su carácter aglutinante el rasgo que mejor defina los códigos y las prácticas festivas en Nueva España. Desde la peculiar dinámica que impusiera el proceso de evangelización, y partiendo del hecho de que los indios seguían siendo a mediados del siglo XVII una de las partes más importantes de su público, la fiesta lo amalgama todo. Es así como se consolida la permeabilidad de fondo entre lo sagrado y lo profano, como la mitología clásica se combina con la prehispánica o con la historia, y como, desde un nivel más superficial, se integran, por ejemplo, los tocotines y otras prácticas festivas prehispánicas en el ceremonial. Es este un paso más hacia el reconocimiento del espacio propio, el sentido de pertenencia a un lugar sobre el que se irá cimentando el imaginario colectivo de la diferencia. Puesta en escena bajo una realidad embellecida. Efímero mestizo en el campo y la ciudad aborda las diferencias en el ornato del espacio festivo, según sea un ámbito urbano o rural. Respecto a la ciudad de México, la idea clave no es otra que considerar la omnipresencia y la movilidad de los virreyes y de las autoridades eclesiásticas, que convirtieron toda la ciudad en una especie de escenario itinerante, desbordante. Además, otro aspecto que hay que tener en cuenta es que la ciudad seguía urbanizándose y que las nuevas construcciones se sucedían con gran rapidez. Las edificaciones de nuevos templos y sus consiguientes (y fastuosas) dedicaciones fueron un ejemplo de la estrecha relación que la fiesta mantenía con el urbanismo. En el ámbito rural, el aspecto más sobresaliente proviene del mayor arraigo de las tradiciones pre- Introducción 11 hispánicas. Las relaciones de festejos rurales son más bien escasas, por lo que el capítulo considera el análisis de un festejo en Antequera para conmemorar el nacimiento de Carlos II, celebrado en 1662, para así extraer las pautas principales de la fiesta en un medio no urbano. El tercer capítulo, Desenlace festivo. Relación del boato e ilusión de un espectador omnisciente, se plantea cómo la relación del fasto recrea la noción de un espectador omnisciente. Este apartado, que cierra el primer bloque, es, a la vez, su colofón, pues considera la impresión del festejo en una relación que trasciende el espacio y el tiempo del ritual festivo. El testimonio escrito representa, por un lado, la oportunidad de que permanezca la experiencia del fasto y de esa realidad embellecida, y, por otro, permite revelar todas las claves de su entramado, desde la explicación simbólica de las arquitecturas efímeras y de sus entresijos técnicos, hasta la identidad de sus mecenas. La noción de espectador omnisciente, como artificio literario que describe la recreación y actualización del fasto en el presente de la escritura, posibilita examinar a la vez todos los tiempos festivos: la vívida descripción del fasto de la celebración se solapa con las razones simbólicas que explican la alegoría y con el elogio a sus mecenas, que subyace en todo el diseño. El impreso, apelando a un ideal espectador omnisciente, evoca una renovada puesta en escena, en la que cabe leer la magnificencia de su ejecución y las razones técnicas y simbólicas que se proyectan en el encomio de sus patrocinadores. Ocasiones súbitas y de cómo festejar lo extraordinario trata sobre las fiestas repentinas, sin distinguir entre ceremonias de orden religioso o civil. Se inicia con un repaso de las principales circunstancias extraordinarias que podían conmemorarse. Sobresalen, por un lado, beatificaciones, canonizaciones y dedicaciones de templos religiosos, y, por otro, nacimientos, bodas y entronizaciones reales. En todos los casos se constata un mayor derroche económico, que se traduce en una declarada búsqueda de efectismo, que pretende hacer más memorable lo extraordinario de la celebración. El texto editado está formado por unas quintillas a la venida y vuelta de la Virgen de los Remedios (1668), que tradicionalmente se habían atribuido a Alonso Ramírez de Vargas y cuya autoría, a partir de un ejemplar único e incompleto depositado en la biblioteca John Carter Brown, me inclino a poner, como mínimo, en duda. Este ejemplar, que firma fray Alfonso de Ena, se reproduce como anexo al capítulo. El siguiente capítulo, como precisa su título, se ocupa de las Rutinas en el calendario o espacios estables para la celebración. En la misma línea que el anterior, constata cómo no es posible distinguir entre las fiestas ordinarias de 12 Judith Farré Vidal carácter civil (san Hipólito) y las de carácter religioso (Corpus). Si bien es el Corpus la festividad que orientó, desde la misma llegada de Cortés, el desarrollo de los protocolos para el resto de festividades, el capítulo versa sobre una de las celebraciones cardinales en el calendario novohispano: el ceremonial de bienvenida a un nuevo virrey o a un arzobispo, que se convierte en un ejemplo paradigmático para trazar las claves de la fiesta novohispana, pues, como rutina festiva que se renueva con la llegada al poder de cada nuevo mandatario, integra todos los elementos espectaculares del barroco efímero novohispano (procesiones, arcos de triunfo, teatro, música, toros, fuegos artificiales y demás prácticas festivas) y aglutina a todos los sectores sociales de la Colonia. El texto editado es un fragmento de la Pierica narración, la relación en verso que Antonio Ramírez Santibáñez escribiera a raíz de la entrada del conde de Paredes en la ciudad de México en 1680. Humoradas y máscaras facetas.Tiempo de burlas y veras universitarias se ocupa de los festejos patrocinados desde la universidad, ya que una parte importante de las celebraciones extraordinarias que se sucedieron en la capital novohispana fueron las propias del ámbito universitario: procesos de provisión de cátedras, ceremonias de nuevos doctores, rectores y consiliarios... La universidad era una corporación formada por estudiantes, maestros y graduados y, en muchos casos, tales estudios se entendían como un medio de reconocimiento y de promoción social, del que salían muchos de los funcionarios de la administración civil y eclesiástica de todo el virreinato. Este aspecto, unido a que sus normas de acceso eran muy restringidas y elitistas, ayuda a entender el exhibicionismo que envolvía las celebraciones en torno a dicha élite letrada y sus ascensos en la institución, los cuales se escenificaban, además, en los recorridos urbanos propios de las otras grandes conmemoraciones. Resulta curioso ver cómo en esas celebraciones se combinaba siempre la parte seria y la faceta. Sin duda, la parte faceta, que dio lugar a curiosas y estrafalarias humoradas, es la de mayor interés, pese a las numerosas prohibiciones que intentaron coaccionarla hasta bien entrado el siglo XVIII. El fragmento que se edita es la máscara faceta que se celebró en la posesión de la cátedra de vísperas de teología obtenida por Fr. Joseph de las Heras (1721). En contrapartida a la exhibición y ocupación espectacular del espacio público del capítulo sexto, Pasatiempos de intramuros. El teatro en los conventos femeninos se ocupa de los festejos que tuvieron lugar en las clausuras femeninas. Además, por contraste con las formas festivas de la universidad, este Introducción 13 capítulo se justifica porque el convento novohispano, por su cercanía a la corte, ofrece unos rasgos peculiares, distintos de los de la clausura femenina en la península. Como han puesto de manifiesto los estudios acerca de los rasgos históricos de la vida monacal femenina, la especial mezcla entre lo espiritual y lo material hace difícil encontrar un patrón definitorio de su funcionamiento. La peculiar sociabilidad que regía el ambiente conventual femenino convirtió a estos lugares de recogimiento en verdaderos epicentros de la sociedad colonial. La visita de los virreyes y de su comitiva a la clausura era una práctica habitual que, como una curiosa manifestación de devoción cortesana, propiciaba constantes festines, en los que las monjas agasajaban a sus huéspedes con representaciones teatrales. Esta feliz circunstancia ha propiciado que, entre los pocos textos dramáticos conservados de la época, figuren diversas piezas escritas con ocasión de estas visitas. El capítulo analiza las características de estas representaciones encomiásticas, de carácter alegórico y ambientación mitológica, a partir de una de las escasas obras conservadas del siglo XVII: el Festín plausible, que Joseph de la Barrera escribió para el agasajo de los condes de Paredes en el convento de las Clarisas en 1681. El texto que se edita y que concluye el capítulo es el sainete atribuido a Cayetano Cabrera Quintero, a raíz de haber recibido el Colegio de San Miguel de Belén, en 1756, a los marqueses de las Amarillas. La pieza muestra el otro registro que, junto al alegórico, imperaba en este tipo de visitas cortesanas a los conventos, y que recoge en clave dramática la vida cotidiana en la clausura. Como coda, un Glosario festivo pretende registrar todos aquellos términos relacionados con la ejecución de la fiesta. Se trata del léxico que con más frecuencia aparecen en las descripciones impresas de la época. El repertorio abarca, fundamentalmente, lugares de la geografía urbana representativos del trazado festivo de la capital novohispana; materiales y personajes necesarios para su ejecución; géneros literarios y parateatrales; elementos de la arquitectura efímera; vestuario y disfraces; bailes e instrumentos musicales, así como ocasiones y prácticas festivas. El criterio general para incluir una determinada cita con la que ilustrar una entrada específica del glosario ha sido su capacidad para aportar información precisa sobre su ejecución, por lo que en muchos casos el contenido puede completarse gracias a varias entradas diferentes del glosario. En esos casos, se indica mediante Ver., que señala la cita explícita numerada entre paréntesis de la entrada del glosario, a la que también puede acudirse para ampliar su descripción.Algunas entra- 14 Judith Farré Vidal das contienen subapartados, que se refieren a variantes o a aspectos que desarrollan la entrada principal; se indican en negrita, sin versales y con un aumento de sangría. En algunos casos, cuando son términos muy específicos o mexicanismos, he optado por incorporar en nota al pie una definición de la palabra, que preceda a los fragmentos que la ilustran. La idea de este compendio, que, pese a la intención de que sea exhaustivo, con toda seguridad habrá podido dejar pasar algún término susceptible de ser anotado, surge de un vaciado inicial del Diario de sucesos notables (1665-1703), de Antonio de Robles, en el que, bajo la forma de un calendario festivo, se volcaba una circunstancia conmemorativa y su descripción correspondiente.A raíz de la recopilación en orden cronológico, y tras constatar la repetición de varios términos en la descripción de las circunstancias festivas, surgió la idea de ordenar la información a partir de dichas coincidencias léxicas, que podían sintetizarse en las distintas entradas de este glosario festivo. En la conversión del calendario a glosario festivo, se incorporaron también referencias procedentes de los impresos que describen las entradas de virreyes y/o arzobispos en la ciudad de México y/o en Puebla durante esos mismos años, y otros cuatro testimonios impresos de festejos religiosos extraordinarios _algunos de los más significativos del periodo_. En estos casos, no se han añadido las descripciones de las metáforas y emblemas del diseño iconográfico de cada entrada pública, únicamente las explicaciones trazadas en torno a su ejecución, tal y como se hizo con la información extraída del Diario de Robles. Lleida, 19 de agosto de 2012 Judith Farré Vidal, doctora por la Universidad de Lleida, ha sido profesora en el Instituto Tecnológico de Monterrey, México, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt (2003-2008). Ha dirigido varios proyectos de investigación sobre teatro y poder en Nueva España y actualmente es investigadora Ramón y Cajal del CSIC (CCHS, Madrid). |