Filósofos Cínicos: Aproximaciones Para Su Estudio Universitario Cruz Revueltas, Juan Cristóbal / Gerena Carrillo, Luis Alons Bonilla Artigas Editores |
Teatro Átmico, Sagrado Sacerdocio: Ensayo Filosófico y Teoría Científica Sobre T Rangel Mora, Zonia Editorial Verdesoma |
Concepto Poíesis en la Filosofía Griega, El: Heráclito-Sofistas-Platón Lledó, Emilio Academia Mexicana de la Lengua |
Cuadratura del Círculo Filosófico, La: Hegel, Marx, y los Marxismos Hoyo Arana, José Félix Bonilla Artigas Editores |
Título: Tratados de Logica | ||
Autor: Aristoteles | Precio: $100.00 | |
Editorial: Porrua Hnos. Y Cia. , Libreria | Año: 2004 | |
Tema: Logica, Filosofia, Pensamiento | Edición: 1ª | |
Sinopsis | ISBN: 9700749762 | |
Nació en la ciudad de este nombre, hacia el año 384 antes de nuestra era.
En Atenas, Aristóteles fundó y dirigió, por espacio de doce años aproximadamente (335-323), la escuela que, por haberse puesto bajo la advocación de Apolo Licio, fue llamada el Liceo, y fue una prestigiosa rival de la Academia platónica. Podríamos suponer que Aristóteles habría terminado tranquilamente su vida en Atenas, dedicado a enseñar y escribir; pero los acontecimientos políticos -en los que él mismo no tomó ninguna parte- le obligaron a interrumpir su trabajo y a mudar de domicilio. A la muerte de Alejandro, en efecto (323), levantó cabeza en Atenas el partido antimacedónico, juzgando haber llegado el momento de la liberación; y los ``macedónicos'', por tanto, vieron comprometida su vida, su fortuna o su posición y como pasa en todas estas purgas, fueron objeto de persecución hasta los menos sospechosos, entre ellos, Aristóteles, por sus antiguas conexiones con el gobierno de Pela. Con todo lo ridícula que era la acusación, aun dando por ciertos los hechos en que se fundaba, Aristóteles sabía bien bastaba el caso trágico de Sócrates que estas denuncias, por artificiosas que fueran, prosperaban del todo, cuando detrás de ellas estaban la superstición religiosa o la pasión política. A poca distancia de la ciudad que al fin le repudiaba, en Calcis, Eubea, tenia, Aristóteles la propiedad que había heredado de su madre. A ella se retiró, y pasado apenas un año (322) a los 62 de su edad, falleció, víctima de una antigua dolencia gástrica. La lectura de su testamento, que nos ha sido conservado en su integridad, es algo que hasta hoy nos conmueve, por la honda humanidad de que está transido. De todos los que en alguna forma le rodearon: esposa, hijos: de su sangre y adoptivos, discípulos y siervos, se ocupa con todo por menor el testador, y termina con la orden expresa de que sus huesos, donde quiera que llegaren a estar, descansen con los de Pitias, su primera esposa, la compañera de su juventud. Por este documento, percibimos cómo Aristóteles fue algo o mucho más de lo que exclusivamente propende a ver en él la tradición: la ``inteligencia encarnada''. Por su vida no menos que por su filosofía, por su visión tan completa y armoniosa del hombre, así como por su observancia tan fiel de la ley natural, Aristóteles es acreedor al hermoso dictado que le confirió la edad media al llamarle Vox naturae, voz de la naturaleza. |